La Torre Manaca de Iznaga en Cuba

Es una joya arquitectónica que desafía el paso del tiempo y continúa hoy en pie. Quienes se han tomado su tiempo en el ascenso afirman que para llegar a la cúspide es necesario subir 184 peldaños. La Torre Manaca Iznaga, única de su tipo en Cuba, sobrevive al paso de los siglos; todo forastero que los sube se llena de historia, de cultura, de olores y de paisajes.

La también llamada torre cubana de Pisa, ubicada a 14 kilómetros de Trinidad, opone resistencia a una pequeña inclinación y es un lugar de obligada visita si se quiere conocer una parte del pasado colonial al centro de Cuba. Aquí podrás encontrar alrededor las artesanías, los mas exquisitos manteles bordados como en antaño.

La Torre Manaca-Iznaga se sitúa en una antigua finca azucarera situada a unos 15 km de la ciudad de Trinidad, en el extenso Valle de los Ingenios.Son muchas las leyendas que existen acerca de la construcción de la Torre Manaca-Iznaga entre los años 1815-1830. Esta torre campanario de 45 m de altura permitía la continua vigilancia en las plantaciones de azúcar, evitando la posibilidad de huida de los esclavos. Las campanas situadas en la parte alta de la torre marcaban el inicio y final del horario de trabajo. Además, servían para dar aviso en caso de incendio en los terrenos de alrededor.

La larga escalera interior permite a los visitantes subir siete niveles hasta llegar a lo alto de la torre desde donde poder divisar la finca donde se ubicaban la fábrica de azúcar, la mansión y los cobertizos de los esclavos.

Declarada Monumento Nacional en 1978, se cuenta que fue construida para vigilar a los esclavos en su labor. Era el ojo que todo lo ve de la plantación: muestra del poderío colonial trinitario, el tañer de sus campanas indicaba el comienzo y el fin de la jornada, días festivos, horas de trabajo esclavo, la existencia de incendios en las plantaciones y convocaban a la oración.